El pinche olvidado :)

Empiezo de nuevo, empiezo donde terminé y donde siempre he empezado

Tuesday, December 26, 2006

Está de la patada una frasecita que en alguna ocasión, hace mucho tiempo puse en este blog. Ahora, cada que comienzo un escrito aparece en este cuadrito blanco en el que me encuentro escribiendo: "Empezando a caminar, empezando a gatear."

De la cola, ni sentido tiene jaja.

Definitivamente, queridos lectores (si es que hay alguno aparte de los obvios, como mis queridos hermanos al parecer), he llegado a la conclusión de que en lo personal voy a abstenerme de comentar sobre mis sentimientos y mis enamoramientos. A chingadazos aprende uno (he dicho en más de una ocasión), pero a final de cuentas aprende.

Respecto al comment que me dejaron preguntando "por qué no la busco?" En su momento lo hice, no sé cuáles fueron las consecuencias de este acto, ni sé si hay algo a futuro ahí. Como lo dije, prefiero de ahora en adelante guardarme este tipo de cosas, y que mi cabecita se haga bolas sóla. Esto de los blogs/flogs/myspaces y demás, es un pinche chisme que ni pa qué les cuento.

No es mi intención alimentar esas bocas sedientas de chismes. Eeeeeen fin...

Hace poco (ayer creo) leí en el blog de un amigo (antes mucho más cercano, hoy una relación cordial pero de lejos) algunos comentarios respecto a esta nueva generación de "escritores". Tal vez tocó fibras sensibles en mí, tal vez me cayó el saco sin siquiera ir la pedrada en mi dirección. Pero a uno le gusta opinar de todo y con todo, tal vez de ahora en adelante con un poco más de discreción e inteligencia.

Recuerdo que hace años (quién iba a pensar que terminaría usando una frase de éstas), junto con otro amigo hablábamos sobre los raros, los artistas, los pseudoartistas e intelectualoides. Hablábamos y nos mofábamos de ellos, juzgándolos por sus vestimentas y sus cortes de cabello, por sus actitudes y sus poses, por tantas y tantas cosas que seguramente, ellos pudieron haber criticando en nosotros también. Al fin y al cabo, todo mundo tiene una pose y una actitud actuada frente a las demás personas. Muéstrame a una persona 100% sincera, y... no sé, muéstrenmela porfavor porque no sé si exista.

Una de las conclusiones a las que llegamos es que las nuevas generaciones han buscado demostrar su sensibilidad y su lado artístico más frecuentemente. Muchos escriben (escribimos), otros tantos pintan, toman fotografías, esculpen, cantan, componen, bailan, etc. Muchos de nosotros dejamos plasmados estos sentimientos o intentos de sentimiento en la supercarretera de la información.

No sé por qué sigo usando ese término si está más outdated que la fregada, pero siempre me ha provocado una pequeña sonrisita. Creo que por éso lo utilizo.

Es estúpido pensar que de toda esta multitud de artistas, todos cuentan (contamos) con talento. El verdadero talento se denota por lo escaso y por la a veces injusta repartición que se hizo del mismo al principio de los tiempos.

El mundo no sería el mismo si todos jugaran como Pelé o como Maradona. Lo mismo se puede aplicar en todos los campos de la experiencia humana en las que las individualidades destacan. El talento brilla con luz propia precisamente porque está rodeado de oscuridad. Por éso cuando aparece una verdadera joya, uno no puede evitar contemplarla anonadado.

¿Qué hay de negativo a mi parecer en esta explosión artística? En algunas ocasiones he comentado algo que siento puede aplicarse. Lo he comentado respecto a la música.

Internet puede ser sumamente útil y bondadoso, o puede ser terrible. En cuanto a la música, mi opinión es la siguiente.

En décadas anteriores, el talento brillaba con más facilidad porque los más publicitados eran (en su mayoría) los más talentosos. Uno los podía ver en la radio, en el cine, en la televisión, en los periódicos, revistas, etc. Los Beatles conquistaron a Estados Unidos y al mundo cuando aparecieron en el Show de Ed Sullivan.

En la actualidad, es tal la oferta de nuevos grupos con tantas tendencias con tantos estilos y con tantas cosas, que para una persona sumamente indecisa como yo, es difícil elegir algo. Es más difícil reconocer el verdadero talento cuando está rodeado de montones y montones de paja. Ahora sí, es más difícil que buscar una aguja en un pajar.

No niego que puede ser y es divertido buscar. Pero puede convertirse en un proceso tedioso, y además, otro dicho que me agrada mucho (y que va un poco en contra del eclecticismo que tanto me agrada) es "el que mucho abarca poco aprieta."

Pero pues ése es un problema también del mundo actual, las especializaciones y subespecializaciones y subsubespecializaciones que se han convertido en el pan de cada día.


Lo que quiero dejar bien en claro es ésto, como defensa personal respecto a lo que escribió mi amigo: No me precio de ser el más intelectual del mundo, ni siquiera de ser un buen escritor. Todo escrito que sale de mi cabeza o de mis manos, generalmente termina relegado al olvido. Son pocos (poquísimos) los que considero dignos de publicitar o enseñarle a mis conocidos. Y aún éstos últimos, jamás los vuelvo a leer.

Si fuera buen escritor, yo mismo pondría un hasta aquí a mis estudios e intentaría alcanzar renombre en un mundo que desconozco y que no asegura nada: el mundo de las letras.

Como no lo soy, o al menos siento que estoy lejos de serlo, escribo por razones vanas y egoístas. Escribo para mí, escribo para relajarme, escribo para escuchar los sonidos que provienen del teclado, escribo porque me quita y me da sueño, escribo porque recuerdo y porque sueño y porque me hace reír. Escribo porque me gusta tener opiniones de todo aunque se contradigan. También escribo, porque aparento ser más sensible y porque he descubierto (a chingadazos, como lo dije) que a muchas mujeres les agrada la sensibilidad. Al menos, durante un rato.

Escribo, principalmente, porque me gusta escribir. Aunque escriba pura mierda, y aunque lo que escriba nadie lo lea, siento que nunca terminaré de escribir. Porque grandes son las lagunas de las cuales extraen su inspiración los pendejos.